El sufrido pueblo de Cebollatí vive y lucha a pesar de los embates de una crecida histórica del río Cebollatí dejando 23 casas afectadas, ciudadanos en el estadio, Jaime Serralta, otros en casas de familiares y consecuencias millonarias por pérdidas en los sectores productivos en el norte profundo de Rocha.
Tiempo de Noticias – Hay productores que son asistidos mediante el camión de la Junta local, un pesado Mercedes Benz que logra pasar por los complicados caminos, barriendo el agua hacia uno y otro lado. Hay otros productores que salen en bote para llegar hasta la zona donde se está cosechando lo que va quedando del arroz. Otros a remo hasta los lugares más altos, para luego subir a caballo y arriar el ganado a los puntos con más abrigos y secos, a resguardo de las crecientes.
En tan solo tres días llovieron 400 milímetros, lo que promedialmente cae de los cielos al cabo de cuatro meses; pasamos de una seca a una creciente histórica, comentó el director de la Nueva Radio Lascano, José Luis Estol, quien recoge a diario el testimonio de decenas de técnicos, expertos, productores y vecinos.
Mientras tanto, el Paso Averías, límite de los Departamentos de Rocha y Lavalleja por ruta 14, la altura del río Cebollatí es de 3 metros con 80, una señal inequívoca que bajó de los 6 metros con 60 que supone decena de miles de hectáreas inundadas.
El río baja de las zonas altas de Lavalleja a considerable velocidad con grandes masas de agua que luego van hacia el pueblo de Cebollatí, cortando la ruta 91 en el vínculo con el Departamento de Treinta y Tres, por ende con el Pueblo General, Enrique Martínez.
Allí donde antes funcionaba una balsa y ahora se encuentra un puente que es orgullo de toda la región. Esta infraestructura la mayor parte del año facilita la comunicación vial de los pueblos, diríase pequeña para el mundo y grande para este norte profundo, íntimamente vinculado con la séptima baja del Departamento de Treinta y Tres.
El pueblo está preocupado por cómo se dio la creciente. La velocidad con que se desplazan las aguas y los lugares tomados por este gran cuerpo de agua, hace recalcular las situaciones por parte de los baqueanos.
«Estamos mejor, bajó la creciente, estamos ayudando y agradeciendo», indicó, Betina García, con poco tiempo para atender los teléfonos de quienes llamamos para dar cuenta de la situación. No es para menos, hay que estar en las responsabilidades de quien está en la secretaría de la Junta Local y de todos los funcionarios actuantes.
Es necesario llevar colchones, frazadas, estar atentos a la medicación, cuidar de las familias, en especial la situación de niños y adultos mayores. Además, de andar con el camión surcando aguas y no falta atender gente en bote en aquello que parece el medio de la nada.
No hay dudas, que se moviliza ganado, rústico y fuerte, calidad de exportación al mundo. Las ecografías son parte de lo cotidiano sobre estas fechas, pero ahora seguramente postergadas en varios casos en virtud de las crecientes, las que llevan a juntar todos los animales en los campos que no tienen agua.
Las praderas están «negras», algunos postes «aguantan» y otros son «barridos» por la velocidad de las aguas.
Es una zona de alta producción, donde se carretea el arroz mediante tractores en medio del fangal, un barro insoportable, hasta llegar a los camiones que sacan la producción.
Llegó el agua para «aguar» la fiesta, dado que los rendimientos estaban siendo notables y el precio spot es histórico. Es la realidad de los campos y de los productores que no flaquean a pesar de los momentos difíciles.
Son conscientes que se trata de una producción a cielo abierto y los desafíos son precisamente estas circunstancias. Estamos prácticamente al ingreso del invierno y una laguna Merín repleta con una superficie de 350 mil hectáreas no deja de ser hoy una amenaza, es el reto de estos tiempos.
Eduardo González Segredo – Tiempo de Noticias
Toda la actualidad en Tiempo de Noticias diario impreso. De lunes a viernes en todo el departamento de Rocha.
Comentarios