Tiempo de Noticias – El pasado 3 de junio, vecinos de distintas localidades del departamento de Rocha reportaron un fuerte estruendo y temblores que, en algunos casos, se sintieron a más de 100 kilómetros del epicentro. Lo que en principio fue identificado como un sismo de magnitud 2,5 generó confusión cuando días después el Ejército uruguayo confirmó la realización de una explosión controlada en una cantera cercana a la ciudad de Rocha en el mismo horario.
Este cruce de informaciones dio lugar a una serie de aclaraciones técnicas y declaraciones cruzadas que dejaron en evidencia la necesidad de distinguir entre fenómenos similares en apariencia, pero de naturaleza claramente diferente: un evento sísmico y una voladura industrial.
La versión oficial del Ejército
El jefe del Servicio de Material y Armamento del Ejército, coronel Gustavo Dandrea, explicó que ese martes 3 de junio, se llevó a cabo un “servicio de unidad de bombeo en cantera” por parte de una empresa privada con apoyo del Ejército. Aclaró que se utilizaron explosivos de tipo rompedor, comúnmente usados en trabajos de voladura para actividades industriales.
“Ha habido una coincidencia con lo que trascendió en prensa referente al temblor con este servicio, pero no tuvo ningún inconveniente”, declaró Dandrea a Subrayado. Además, sostuvo que este tipo de explosiones genera “una reacción y un sonido”, lo cual es esperable dentro de ciertos niveles de energía.
El Ejército no niega la explosión, pero tampoco atribuye a ella los reportes de movimiento sísmico sentidos a grandes distancias. No obstante, la coincidencia en la hora llamó la atención.
La explicación científica: dos eventos distintos
La geóloga Leda Sánchez, experta que sigue de cerca la sismicidad en Uruguay, fue clara en su análisis: hubo dos eventos distintos, y no simultáneos, aunque sí muy cercanos en el tiempo.
“El evento sísmico fue a las 17:16:32 y la voladura fue a las 17:17:01, o sea, apenas 30 segundos después”, explicó Sánchez en declaraciones a Montevideo Portal.
Basándose en los reportes ciudadanos y el análisis de las ondas sísmicas, Sánchez concluye que el sismo no fue provocado por la explosión, sino que ambos eventos ocurrieron en momentos distintos y por causas diferentes.
Además, cuestionó que una voladura de este tipo pueda sentirse a tanta distancia: “Una voladura no se siente a 150 km. El primer reporte que tengo del evento es en Lascano, que queda a 100 kilómetros de Rocha. Y eso no lo genera una voladura, sino un evento sísmico”.
Para reforzar su argumento, Sánchez comparó con un caso reciente en Treinta y Tres, donde una explosión en la cantera de Cielo Azul —con mayor magnitud estimada— no fue sentida más allá del entorno inmediato. “Y nadie más lo sintió. Vos no sentís movimiento del suelo con una voladura, salvo que haya sido una bomba. Y no estamos en Gaza”, ironizó.
Casos similares en el pasado
La geóloga también recordó que este tipo de coincidencias ya han ocurrido antes en Uruguay. Mencionó un episodio en el departamento de Florida, donde primero hubo una voladura y poco después se registró un sismo.
“Son eventos que anotamos en una lista especial porque la forma de onda que dejan es confusa, pero siguen siendo eventos sísmicos”, aclaró.
Según Sánchez, este tipo de coincidencias no implica necesariamente una relación causal directa, pero dificulta la interpretación inmediata de los datos sísmicos, especialmente cuando no hay una red de monitoreo lo suficientemente densa como para discriminar en tiempo real entre ambos fenómenos.
¿Y entonces qué ocurrió en Rocha?
Según los datos disponibles, el 3 de junio hubo un sismo y, pocos segundos después, una voladura controlada en una cantera. Ambos eventos fueron detectados por diferentes medios: el primero, por estaciones sísmicas y reportes ciudadanos; el segundo, por el Ejército y la empresa privada que realizó la operación.
La coincidencia generó confusión inicial, pero los especialistas coinciden: no son el mismo fenómeno, y su cercanía temporal fue casual, no causal.
Mientras la población busca respuestas claras, este episodio vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de mejorar la comunicación entre organismos militares, científicos y de emergencia, así como de seguir ampliando la red de monitoreo sísmico del país, especialmente en zonas poco instrumentadas.
Diego Landache / Diario Tiempo de Noticias
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