Los promocionadores de la solución de dióxido de cloro (CDS -por sus siglas in inglés) aseguran que el consumo de esta no solo previene enfermedades de toda índole si no que también cura el cáncer, autismo, VIH/Sida y SARS-CoV-2. ¿Qué tan ciertas son sus afirmaciones al respecto?
Dióxido de cloro – ¿Medicina revolucionaria o charlatanería? Parte II
Los promocionadores de la solución de dióxido de cloro (CDS -por sus siglas in inglés) aseguran que el consumo de esta no solo previene enfermedades de toda índole si no que también cura el cáncer, autismo, VIH/Sida y SARS-CoV-2. ¿Qué tan ciertas son sus afirmaciones al respecto?
En un video con el título “La verdad sobre el bullo del dióxido de cloro con datos científicos” publicado por Andreas Kalcker (formulador del CDS) en su página de Facebook el 10 de abril del 2020, este menciona y muestra brevemente un artículo científico del 2020 como referencia para respaldar su hipótesis del efecto curativo de CDS en el cuerpo humano, añadiendo que “las bases indicadas no son ningún bullo ni una idea absurda mía”, y que por lo tanto no es algo que él está inventando. Sin embargo, el artículo mencionado por Kalcker “¿Can chlorine dioxide prevent the spreading of coronavirus or other viral infection? Medical hypothesis. (Kály-Kullai et al., 2013), sugiere el posible uso del dióxido de cloro como desinfectante, en medio acuoso (para desinfectar superficies) y en forma de gas hidratado para desinfectar ambientes y rincones inalcanzables de cualquier habitación/lugar, transporte público, etc. evaluando las concentraciones límite, así como el tiempo de exposición en los humanos (si se usa el gas) para minimizar el efecto tóxico, característico del dióxido de cloro. Los autores concluyeron diciendo, que debido a los problemas que surgen para mantener las dosis de la sustancia en gas bajas y constantes aún no es posible aplicar el método.
El artículo también menciona la hipótesis de que los antioxidantes presentes en todas las células humanas, especialmente el glutatión, protege del daño oxidante del dióxido de cloro, sugiriendo que el uso de la sustancia en dosis relativamente bajas no causaría daños en los tejidos humanos debido a la actividad protectora de este. El problema aquí radica en que los niveles de glutatión varían en las personas y un déficit de este antioxidante está asociado con enfermedades neurodegenerativas, cáncer y otras enfermedades (Minich Deanna M. & Brown Benjamin I. 2019). Siendo que Kalcker recomienda el consumo de CDS no solo para las personas sanas sino también para aquellas que padecen cáncer y todo tipo de enfermedades, mediante automedicación y sin supervisión médica alguna, ¿qué garantía se tiene de que el daño oxidante del CDS sea igualmente evadido y mínimo en todas las personas por igual?
Más adelante, los autores mencionan otros estudios que ellos mismos realizaron anteriormente, los cuales sugieren que el dióxido de cloro en bajas concentraciones podría ser usado como antiséptico local, por ejemplo, para desinfectar heridas y que el daño a las células humanas podría evitarse aplicando bajas concentraciones de tal manera que la sustancia no alcance a penetrar los tejidos humanos (Noszticzius Z., Wittmann M., et al., 2013). Cabe mencionar, que varios de los autores son también propietarios de una patente sobre un aparato para producir dióxido de cloro en estado puro y otro de ellos tiene una patente para un antiséptico a base de dióxido de cloro; y el interés financiero es declarado en el artículo previamente citado: “ZN, MW and KKK declare competing financial interest as they are co-inventors of the European patent 2069232 “Permeation method and apparatus for preparing fluids containing high purity chlorine dioxide”. In addition, ZN is also a founder of the Solumium Ltd”.
El artículo que Kalcker presenta en su vídeo no es más que una recopilación de hipótesis médicas provisionales que aún no han sido confirmadas y que requieren de más estudios científicos para probar su veracidad y exactitud. Las observaciones mencionadas no son suficientes para comprobar la hipótesis del efecto beneficiario del dióxido de cloro, mucho menos para su administración oral y la garantía de que tenga el mismo efecto terapéutico en todas las personas. Cabe mencionar que el hecho de poseer patentes no evidencia ni comprueba la hipótesis, ya que una patente es simplemente el registro de una fórmula innovadora y prácticamente todos los inventos que cumplan con los requisitos de innovación pueden ser patentados. Una patente asegura el derecho de propiedad intelectual y es una estrategia mediante la cual el titular puede impedir, permitir o regular la concurrencia en el mercado, pero no equivale a evidencia científica contundente ni significa que el invento haya sido aprobado para su comercialización (Muñoz-López, C. A. (2012 p.29). La colisión jurídica entre patentes farmacéuticas y el acceso a los medicamentos esenciales en Chile. (Tesis de licenciatura). Universidad central de Chile, Santiago. He aquí la importancia de diferenciar entre patente y aprobación, más que nada en el ámbito de la medicina/farmacéutica.
Por: María Inés Landache
Lic. en biología técnica y aplicada
University of Applied Sciences, Bremen-Alemania
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