Tiempo de Noticias – La terminal oceánica del Puerto de La Paloma a menos de media máquina igualmente genera 500 puestos directos de trabajo y es considerada una de las llaves que permite dinamizar la actividad laboral de nuestro Departamento.
El oceanógrafo, Orlando Santana, indicó que si, en efecto, es históricamente una de las llaves para la creación de oportunidades en materia de trabajo y representa una opción firme con una base altamente capacitada, con conocimientos que se han recibido al cabo de varias generaciones. No es menos cierto que es una tarea rigurosa curtida por las dificultades que plantea tanto mar adentro como a pie de muelle.
Actualmente, “el puerto está semiactivo, así podríamos decir; tiene un trabajo asociado que podemos estimar en unos 500 puestos”, informó. Enumeró: personal embarcado, de servicios, transporte, construcción naval y las tareas administrativas.
Recordó, que la primera comunicación que tuvo Rocha fue a través del puerto de La Paloma tanto con Montevideo como con el Estado de Río Grande Do Sul. Luego, llegó tren llegó en el año 1928 para conectar de este modo la capital rochense con Maldonado y Montevideo.
Profundizando, sobre el presente y futuro del Departamento de Rocha, no faltan quienes están convencidos, que tarde o temprano La Paloma, es una segunda puerta para Uruguay en vista de una terminal de aguas profundas. Esa idea nunca fue abandonada, más allá que lógicamente se considere razonablemente que debe estar justificada por la capacidad de cargas que habiliten esa concreción.
Este planteo de cumplir una misión en clave país, sigue vigente como nunca, en una suerte de convivencia posible y probada en el mundo en cuanto a armonizar los intereses de diversas actividades en armonía. Una sinergia que provoque más y mejores servicios del Estado, acompañando los desarrollos productivos de esta región.
Por lo pronto, la pesca sigue siendo un formidable recurso que inyecta a la economía local en el momento más difícil: cada vez que pasa el verano, más allá que en este tiempo pone sobre la mesa gastronómica platos vinculados a la riqueza de nuestro mar. Lo es un plato de camarones, de brótola, una especie de cinco estrellas y las tan tradicionales miniaturas a partir de la carne de tiburón.
La pesca artesanal con sus 40 barcas diseminadas por el muelle del puerto de La Paloma tiene entre 3 y 5 trabajadores cada una. Sus salarios están acordes a la idoneidad que demuestran y prueban en sus salidas, considerados de excelente nivel. Luego, los que trabajan a pie de muelle en duras condiciones, pero con remuneraciones que dependen de su calidad de rendimiento, quienes generalmente están al más alto nivel. Y los que son aprendices, rápidamente le toman la mano y sienten el estímulo de ganar más. Muy lejos de la pobreza de lo que percibe un ciudadano por los jornales solidarios.
Acá, en el tema pesca, la capacidad y los excelentes rendimientos, se ven reflejados en remuneraciones que nada tienen que ver con el salario de un cajero de un supermercado a razón de 25 mil pesos mensuales.
Por este motivo y por varios más, la pesca golpeó la puerta en su momento en La Paloma para barcos de media altura de empresarios uruguayos. Para ese entonces, la profundidad, la falta de otros elementos habilitantes no estaban y el tren siguió su curso. Estos, finalmente encontraron un lugar en Puerto Capurro, es decir, como tantas veces en la capital uruguaya, en una verdadera visión metropolitana.
Lo cierto es que pasó y la necesidad de profundidad estable en el Puerto de Paloma y otras series de medidas para fortalecer las actividades de la pesca artesanal, sostenible y valiosa, son en cierta forma una materia pendiente en nuestro país. Solo basta mirar la bahía grande de La Paloma y saber que esas praderas marítimas tienen una superficie mayor que la distancia de este balneario hasta el Departamento de Artigas.
Eduardo González Segredo – Corresponsal Tiempo de Noticias –
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