Tiempo de Noticias – Edward Holfman, analista en seguridad y terrorismo, alertó sobre rutas “altamente sospechosas” en Chuy y Rivera, vinculadas al tránsito irregular y posible apoyo logístico a individuos radicalizados.
El reciente caso del ciudadano iraní detenido en Uruguay por ingresar al país con un pasaporte israelí falso encendió nuevamente las alarmas sobre las vulnerabilidades de los controles fronterizos. El hombre, que permanece recluido en la cárcel de Punta de Rieles, fue interceptado tras cruzar por uno de los puntos más sensibles del país: la frontera con Brasil.
Ante este episodio, el analista uruguayo Edward Holfman —especialista en seguridad, crimen organizado y terrorismo— realizó una dura crítica al sistema de control migratorio en el país. A través de una publicación en la red social X, Holfman consideró que este caso «revivió» el del ex prisionero de Guantánamo, Jihad Diyab, quien entre 2016 y 2018 protagonizó una serie de desplazamientos clandestinos que dejaron en evidencia graves falencias en los mecanismos de fiscalización en las fronteras.
Holfman, director de The Guardian Group, presentó una cronología detallada de lo que denominó “una ruta altamente sospechosa y reveladora, digna de un informe de inteligencia”, que conecta los pasos fronterizos de Chuy y Rivera con redes de apoyo logístico y documentación falsa.
El antecedente Diyab
Jihad Diyab llegó a Uruguay en 2014 como refugiado humanitario, junto a otros cinco exdetenidos del centro de detención estadounidense en Guantánamo. Identificado por autoridades internacionales como experto en falsificación de documentos y facilitador logístico de Al Qaeda, vivió en Montevideo bajo supervisión laxa y sin controles efectivos.
Según Holfman, en 2016 Diyab se trasladó de forma irregular hacia Chuy, donde residen pequeñas comunidades musulmanas. La zona fronteriza le habría servido de punto de partida para una nueva fuga.
Posteriormente, Diyab habría cruzado a Rivera, donde logró obtener dólares y un pasaporte marroquí falso. Desde allí habría atravesado hacia Santana do Livramento y, finalmente, salido del país hacia Venezuela.
En Venezuela fue detenido por las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro, que lo deportaron nuevamente a Uruguay. No obstante, Diyab volvió a salir del país en 2017/2018, esta vez rumbo a Turquía, con escala en San Pablo, utilizando la documentación apócrifa.
Al llegar a Estambul, las autoridades detectaron su verdadera identidad y procedieron a deportarlo a Siria, donde el régimen de Bashar al-Ásad lo tenía condenado a muerte por delitos políticos. “Todo indica que Diyab fue entregado al régimen, pero su situación final es desconocida”, afirmó Holfman. “No hay confirmación oficial de que la condena se haya efectivizado. Siria no publica registros judiciales ni reportes de ejecuciones con transparencia”.
“Fracaso del control migratorio”
A partir de estos antecedentes, el experto uruguayo concluyó que tanto Uruguay como Brasil y Turquía fracasaron en la detección oportuna de estas operaciones irregulares. Según Holfman, los pasos fronterizos de Chuy y Rivera deben considerarse “puntos calientes” para el tránsito irregular.
“El acceso a dólares y documentación en Rivera sugiere la existencia de una red logística activa en la frontera”, advirtió. “Estos circuitos deben ser objeto de atención urgente por parte de los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad”.
Además, Holfman cuestionó la escasa articulación entre organismos nacionales e internacionales, y subrayó la necesidad de reforzar los mecanismos de cooperación bilateral en materia de migración y seguridad, en especial con Brasil, país con el que Uruguay comparte más de mil kilómetros de frontera seca.
Preocupación persistente
El caso del iraní detenido recientemente no es aislado. En los últimos años, las autoridades uruguayas han identificado varios episodios de ingreso irregular de personas con documentación apócrifa o vínculos sospechosos, lo que evidencia la persistencia de brechas en los controles fronterizos.
La advertencia de Holfman refuerza la preocupación de organismos regionales e internacionales sobre el uso de América Latina como zona de tránsito y refugio por parte de actores vinculados al extremismo internacional. La ubicación estratégica de Uruguay, su estabilidad institucional y su bajo perfil en conflictos globales lo convierten en terreno fértil para pasar desapercibido.
Mientras tanto, el detenido iraní continúa a disposición de la Justicia, y las investigaciones buscan esclarecer sus verdaderas intenciones y posibles conexiones locales o regionales.
Diego Landache / Diario Tiempo de Noticias
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