A fines de diciembre del 2019, la República China registra una serie de casos de neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan. Estudios preliminares de caracterización genética dieron a conocer que…
Coronavirus: ¿Qué es y de dónde viene?
A fines de diciembre del 2019, la República China registra una serie de casos de neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan. Estudios preliminares de caracterización genética dieron a conocer que se trataba de una infección viral, causada por un nuevo coronavirus al que posteriormente llamaron SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2) debido a su alta similitud genética (75-80%) con el SARS-CoV (C. Huang et al.,2020) (Li-sheng Wang et al., 2020).
El virus pertenece a una gran clase de virus de ARN monocatenarios (ácido ribonucleico de una sola hebra) existentes en la naturaleza, los β-coronavirus, distribuidos entre humanos y otros mamíferos (Tang et al., 2015). Los más temidos entre esta clase son el SARS-CoV y el MERS-CoV ambos causantes de enfermedades respiratorias agudas y considerados altamente patogénicos (Cui et al,.2019). A diferencia de estos dos, el nuevo coronavirus tiene una baja tasa de mortalidad, pero es altamente contagioso (Y. Liu et al., 2020). Hasta el día de hoy, 29 de marzo del 2020, se han registrado más de 600.000 casos confirmados en 203 países y 30.105 muertes (OMS).
Análisis filogenéticos han demostrado que el nuevo coronavirus es altamente similar, en términos de la secuencia genética completa, al SARS-CoV aislado directamente de los murciélagos. La sepa del SARS-CoV causante de la conocida epidemia en el año 2003 desciende del SARS-CoV de los murciélagos. Estos resultados sugieren, que el nuevo coronavirus proviene igualmente de los murciélagos (Wu et al., 2020).
Los humanos, con el comienzo de la sedentarización, la domesticación de animales y las actividades agrícolas, no solo causaron significantes cambios ecológicos, sino que también influyeron en la dinámica de populaciones animales. Los virus de ARN poseen de por sí una alta tasa de mutación, debido a la selección evolutiva y estos acontecimientos mencionados previamente, así como la dispersión de las populaciones humanas alrededor del mundo, influyeron e influyen en la dinámica de los virus y en la divergencia genotípica de éstos favoreciendo la transmisión entre diferentes especies (Chan et al., 2013).
La alta tasa de contagiosidad hace de este nuevo virus un asunto de emergencia internacional. Mitigar su propagación puede salvar muchas vidas y evitar el colapso de la capacidad sanitaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) está trabajando intensamente con científicos de todo el mundo para encontrar la mejor manera posible de luchar contra la pandemia. Mientras tanto, es importante seguir las indicaciones de los expertos: Cubrirse la boca al toser o estornudar con el pliegue del brazo, lavarse las manos con regularidad y enjabonándolas durante 20 segundos, mantener distancia social y no salir de casa si no es realmente necesario.
María Inés Landache
Lic. Biología técnica y aplicada
University of Applied Sciences Bremen, Alemania
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