Un día como hoy, 19 de Marzo pero de 1845 nacía en Montevideo José Pedro Varela, el «padre» de nuestra educación y de la enseñanza escolar laica, gratuita y obligatoria.
Varela fue escritor, periodista y político. Murió el 24 de octubre de 1879 por una infección pulmonar, con tan solo 34 años.
Según publica Wikipedia, José Pedro fue hijo de Jacobo Dionisio Varela Sanxines y Benita Gumersinda Berro Larrañaga, y hermano menor de Jacobo Varela. Su tío abuelo Dámaso Antonio Larrañaga fue destacado por ser religioso, lingüista, arquitecto y botánico que contribuyó, al igual que él, en la educación, siendo uno de los principales responsables de la creación de la Biblioteca Nacional y junto a Manuel Oribe la Universidad de la República. Además, su tío materno Bernardo Prudencio Berro, fue presidente del Uruguay entre 1860 y 1864.
Entre 1867 y 1868 realizó un viaje a Europa —casi obligatorio para su época y condición social— durante el cual visitó al escritor y poeta francés Víctor Hugo y luego a Estados Unidos donde conoció y cultivó amistad con Domingo Sarmiento, compañero además en el barco que los trajo de regreso. Semejante vínculo encendió la que iba a ser para siempre su pasión, los temas de la enseñanza, comenzando desde entonces una serie de investigaciones, trabajos y propuestas que más tarde finalizarían en la implantación en el Uruguay de la enseñanza obligatoria, laica y gratuita.
En 1869, ya en Montevideo, se dedicó a la actividad periodística y política a través del diario La Paz, el cual dirigió hasta 1873. Al mismo tiempo creó la Sociedad de Amigos de la Educación Popular junto a Elbio Fernández, Carlos María Ramírez y otros jóvenes de su generación.
El 11 de junio de 1873 contrajo matrimonio en primeras nupcias con Adela Acevedo Vásquez, hija, hermana y sobrina segunda respectivamente de los políticos Eduardo Acevedo Maturana (1815-1863), Eduardo Acevedo Vásquez (1857-1948) y Alfredo Vásquez Acevedo (1844-1923). Tuvieron dos hijos: José Pedro (1874) y Jacobo (1876).
Bajo el gobierno de Lorenzo Batlle, convulsionado por la guerra civil, luchó temerariamente. Pensaba que la educación popular no podía cimentarse y extenderse mientras no se contara con un mínimo de libertad en la paz.
En 1874 publicó La educación del Pueblo, y en 1876 La legislación escolar, libros donde no solo buscaba demostrar la necesidad de una reforma escolar, sino también su plausibilidad. Para ello aportó datos estadísticos sobre la población del país, que manejó como argumentos de su tesis, siendo el primero en usar esta herramienta en la historia intelectual del Uruguay.
En marzo de 1876, asume la Dirección de la Instrucción Pública, cargo que ocupa hasta su muerte el 24 de octubre de 1879 debida a una infección pulmonar, cuando tan solo tenía 34 años, en plena tarea reformista.
Su hermano Jacobo Varela se encargó de continuar con su gran reforma educativa.
Actualmente su efigie circula en el billete de 50 pesos uruguayos.
Ley de Educación Común
En 1876, acepta el cargo de Director de Instrucción Pública, presentando un proyecto de ley por el cual el Estado uruguayo establecería la enseñanza escolar laica, gratuita y obligatoria, organizando también sus institutos reguladores y las asignaturas a dictarse. Este proyecto fue aprobado y convertido en ley el 24 de agosto de 1877 (Decreto Ley de Educación Común).34
Volviendo en nombre de elevadas consideraciones de patriotismo sobre una primera resolución, tomada ya, e imponiéndome al hacerlo el arduo sacrificio de legítimos escrúpulos y fundadas resistencias, acepto el puesto para el cual se me nombra, con el firme y decidido propósito de servirlo fielmente en la medida de mis facultades, mientras crea poder hacerlo en pro de los intereses públicos y sin mengua de la dignidad del ciudadano y del hombre
De esta forma, y siguiendo la tendencia europea de aquel entonces, el estado pasaba a tener el control de la enseñanza escolar, y con ella el de la formación intelectual del pueblo uruguayo, al tiempo que actuaba como elemento homogeneizador de la diversidad social y étnico cultural del país, y de justificador de la viabilidad histórica del mismo.
A pesar de la propuesta vareliana la laicidad en la educación uruguaya tardaría varias décadas en llegar, ya que el Decreto Ley de Educación Común instauraba los principios de obligatoriedad y gratuidad, pero no el de laicidad. Esto fue objeto en su momento de grandes discusiones pero finalmente el poder de la Iglesia católica no pudo quitar el principio. Se llegó en este aspecto a una solución negociada que permitía a aquellas familias que no profesaban la fe católica evitar que sus hijos recibieran adoctrinamiento en ese sentido.
Fuente: Wikipedia.
Tiempo de Noticias diario impreso.
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